Cuando la política rodeó mi mente
al igual que la Magdalena al Maestro …
“Es una prostituta”, decían algunos …
“Una perra”, confirmaban otros …
“No puedes acercarte a tan sucia mente”,
murmuraban los que al Divino Rabí
acompañaban.
Jesús los miraba dulcemente,
pensando en la crueldad de los que
así vociferaban.
¡Qué lástima!, pensaba el Redentor
de todos los que así la señalaban,
y ¡qué bello demostrar que el mismo barro
el Señor lo creó para ser utilizado!
Al colocar su mano poderosa,
limpió el aura de tan indigna dama
y, al instante, las gentes que tanto
protestaban, con creces la llenaban,
sus manos le besaban
y de aquella piedra sin pulir,
un diamante encontraban.
Así hoy, pueblo del alma,
veo alumbrar al sol de la política
y la Magdalena arrepentida
entregará por mi intermedio
la paz y el fruto que esperaban.
Al seguirte, mi fe se torna grande
y la paz de Colombia veo acercarse.
Desde mi corazón creo acariciar
la unión del mundo
y el milagro del Cosmos así aflorarse.
Llega el Dios verdadero a dar justicia,
la palabra divina florece y canta,
el anhelo del ser materializarse
y en la faz del hombre hay esperanza.
El rico cambia su arrogancia en flores
que perfuman el ambiente
y da color de rosa,
siente ansias de ayudar al desvalido
y su fruto sembrar por todas partes.
La conciencia del ser
vuelve al umbral del Rey eterno.
Lo que un día fue soberbio,
acaba de acariciar el pétalo de rosa
dejando sus espinas y fijando ayuda
a sus hermanos.
Serás el faro de luz profundo y sabio
la Magdalena arrepentida y el tesoro
escondido que en fin …
servirá de alimento a la nación entera.
Fuente: Cantos y poemas - Regina Liska Betancur.