Fueron momentos de angustia, de dolor y más cuando la monja que vigilaba la incubadora, dijo: “SEÑOR LISKA, LA NIÑA HA MUERTO”
Danny volteó sus ojos al cielo y dijo a la monja: No “NO ES VERDAD, MI REGINA ESTÁ TRABAJANDO PARA QUE ELLA SE LIBERE DE ESTA ENFERMEDAD Y NOS ACOMPAÑE POR MUCHO TIEMPO”.
Acto seguido, colocó sus manos en la cabeza de la niña, y ella, RESUCITÓ.
Este acontecimiento sucedió en la CLÍNICA PALERMO DE BOGOTÁ COLOMBIA.
Fue un 6 de septiembre de 1.969 cuando el médico doctor Jaime Pardo, le informó a Danny que había nacido una niña.
Danny que esperaba un varón, se acostó desilusionado y no opinó nada al respecto. Ella nació a las 4 de la mañana.
Eran como las 7 de la mañana, y yo miraba con sorpresa como la niña tenía un aspecto raro. Su piel era morada y su respiración forzada.
Desperté a Danny y le advertí que tenía miedo de lo que tuviera la niña.
Acto seguido se levantó, llamó al doctor Pardo y éste llamó un especialista. Este doctor advirtió que la niña tenía Membrana Hialina.
Una membrana que se forma entre el pulmón y el corazón y no deja devolver la respiración, por consiguiente dijo: “LA NIÑA NO DURA
MAS DE 3 DÍAS”.
Creo que a este doctor no se le preguntó cuánto cobraría. Él vio el infierno que estábamos viviendo y se conmovió mas por el aspecto de Danny
que no dejaba de llorar.
Danny inmediatamente pensó que había sido por su desprecio y sin bañarse ni tomar nada, salió directamente a la Iglesia de Santa Teresita
en donde nos habíamos casado la primera vez.
Quiero, le dijo al sacerdote que lo atendió, que me des una vela. El sacerdote le entregó una veladora y él se la tiró diciendo que quería un velón.
El sacerdote viéndolo a él llorar, le entregó el cirio pascual. Eso sí, dijo Danny y salió sin preguntar su valor.
El padre viendo su dolor, no dijo nada. Después cuando hablé con ellos, me contaron lo acontecido.
Cuando Danny llegó a la clínica, prendió el velón y se arrodilló. No probó comida alguna, ni siquiera café y prometió no comer nada hasta ke la niña se recupere.
Danny se la pasaba en la capilla, la incubadora y la pieza en donde se arrodillaba por horas, salía a la capilla y luego se dedicó la incubadora hasta que la monja le comunicó de la muerte de Johanna. Pero, allí fue la resurrección.
En ese momento toda la clínica cantaba de alegría y las monjas llegaban a felicitarme.
Danny salió para la casa, se bañó, se afeitó y se colocó su mejor traje. Llegó a la clínica hecho un pimpollo, no paraba de sonreír.
Al llegar a la casa, le advertí: “MI VIDA, YO TE ADORO, PERO HICE UNA PROMESA, QUE SI YO PODÍA SALVAR LA NIÑA, ENSEÑARÍA EN TODOS LOS LUGRES DEL MUNDO SIN NINGÚN EGOÍSMO.”
Le advertí que él podía seguir en su función y que yo lo seguiría adorando y más ahora que me quedaba con parte de su sangre y su espíritu.
No, me respondió, “YO SEGUIRÉ CONTIGO HASTA LA ETERNIDAD”. Nos abrazamos, nos besamos y yo prometí entregarme de tiempo completo a la enseñanza.
Johanna fue la puerta por donde entraron más de 4 millones de personas ansiosas de aprender a conocerse y amarse para su superación física y espiritual.
Si, fuiste tu Johanna esa puerta mágica por donde penetraron mas de 4 millones de tus verdaderos hermanos que se satisfacen al saber que el mundo ha elegido a alguien para enseñarle a cada persona su valor y aprendan a penetrar dentro de su propio cuerpo para con ello saber amarse y respetarse hasta llegar a un lugar sagrado y un día, convertirnos en Dios.
Gracias Johanna. Han sido 52 años de dicha teniéndote. Así estés lejos corporalmente, vas muy prendida a mi espíritu y mi corazón.
Tus extensiones van también adheridas a mi alma por una eternidad.
Te quiero.
Tu estuche primario que con amor te albergó para que te convirtieras en esa alfombra mágica por donde todos quieren caminar.
Regina Liska.