Testimonio de Carlos Eduardo Polanco

El más guapo también se acobarda.

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Hermosa maestra,
El día 1 de junio empecé a sentir los efectos de Covid – 19, sabía que me enfrentaría a una dura situación. El sistema de defensa de mi cuerpo empezó a hacer su trabajo, mi mente a inquietarse a medida que pasaban las horas, el tiempo se me hacía eterno,
En mi interior mi pecho comenzó a doler y mi corazón latía muy deprisa, mis nervios a su máxima expresión.
Llamé a la maestra Dorceoros; la maestra dientes, como usted le dice, ella me envió la información de la aspirina con los otros ingredientes.
Además me comuniqué con la Leta Layoka, (Laura Yosando), de Toribio Cauca y le pedí que me hiciera un rito de protección. Ella entendió mi angustia y miedo al enfrentar a muerte, me recordó que tenía que ser fuerte y usar esas energías para vencer.
Yo vivo en Miami – Estados Unidos. Aquí todos están vacunados pero por decisión personal rechacé ese camino.
Cociné sus remedios y el dolor en el pecho empezó a ceder, recordé la fórmula de la cebolla con miel y ajo; me sirvió cómo expectorante. Y usé el aceite magnetizado
para la tos.
Gracias por sus fórmulas y por tener en su isla descontamina Maestros y Letas tan maravillosos.


Gracias por su luz,
Su cariño y alegría,
Madre bella.

Carlos Eduardo Polanco